Raúl Heraud y el autor de esta nota
“Siento la necesidad de escribir sobre aspectos que humanizan y deshumanizan al hombre…, no sólo desde una visión catastrófica, sino más bien siendo testigo del caos y la enajenación que encontramos a diario en la calle…, sobre esas tristezas, sobre esos miedos con los que convivimos cada uno de nosotros”.
Por César Pineda Quilca
Para “Cantuta Blues”
Raúl ¿Desde qué edad empiezas a escribir, intensamente?
- No recuerdo cuándo empecé a escribir intensamente, pero creo que antes de los 18 años escribía historietas, poemas, cuentos, canciones. Era una época de descubrimiento, de experiencias que comenzaban a marcar mi vida. En esa época viajé a Brasil, viví cerca de un año ahí, la bossa-nova fue mi primera experiencia, mi primera relación carnal con la poesía, Vinicius de Moraes, Drummond de Andrade me influenciaron en la década de los ochenta, claro, antes lo hicieron Vallejo, Scorza, Machado, Salinas y los franceses.
Una característica en tu poesía es el tema de la muerte ¿Por qué escribir desde esa óptica?
- Recuerdo que de niño tuve una experiencia directa con la muerte, eso marcó mi mundo infantil, conocí la fragilidad humana mucho antes que otras personas, eso hizo a mi parecer que a partir de ese momento viera la muerte caminando en la misma acera conmigo, después el tema de la muerte en mi adolescencia comenzó como una especie de reclamo a la vida, por su fugacidad, por su azarocidad, con el transcurrir del tiempo la temática encontró otros frentes en la filosofía, la religión, la historia, la psicología, etc.
El tema de la muerte es algo que, en particular, Occidente no ha podido resolver de forma conciliadora, yo mismo no lo he podido resolver, por eso, trato de dejar huellas, pistas, acertijos como una forma de liberación, de aceptación definitiva, como diría Robles Godoy: "tratar de hacerme amigo de mi propia muerte".
Noto en tu poesía la presencia de una fuerte carga filosófica. Por ejemplo, hay una constante exploración a la vida, también un duro tránsito de estar caminando cada vez más ante la multitud de nuestro dolor ¿Cómo haces para convivir, exageradamente, con tantos fantasmas interiores?
- He sido siempre una persona espiritual, no religiosa, he tratado durante muchos años de mi vida de encontrar respuestas a mis preguntas, sin embargo, siento que con el pasar de los años tengo más dudas que certezas, es algo que me ha costado asimilar, entender, aceptar, hablo de esto en mis textos, no sólo de lo que me pasa a mí como ser humano, sino también lo que entiendo le pasa al común de la gente, yo lo he visto como psicólogo, está ahí, todo ese dolor a veces dormido, pero cuando despierta es muy difícil de manejar.
Hace mucho tiempo atrás estudiaste en la universidad Inca Garcilaso de la Vega ¿Qué recuerdos tienes tú de ella? ¿Qué grupos literarios existían en ese entonces y quiénes promovían la movida cultural en ese momento?
- Yo estudié en la facultad de psicología en la década de los 90, allí existía poca movida cultural, algunos compañeros y yo creamos un taller de poesía donde la pasamos genial, eran conversaciones y lecturas que hacíamos cuando terminábamos las clases, sacamos una pequeña revista, hicimos una que otra presentación en público pero duró poco, fue así que conocí a otros poetas garcilasinos de otras facultades, ellos ya habían egresado, pero se interesaron por nuestro taller. Jorge Ita Gómez fue uno de los poetas que estuvo cerca nuestro apoyándonos y asistiendo cada vez que lo invitábamos.
Tú eres psicólogo, no es así ¿De qué manera la psicología te ha servido para crear tus poemas? ¿Hay alguna correspondencia entre tu profesión y la creación poética?
- La psicología es un arte como la poesía, la palabra es su herramienta principal, el descubrimiento de hombres vinculados a este campo como Pearls, Freud, Rogers, Ellis, Fromm, entre otros, aportaron en gran medida a cimentar mi filosofía humanizadora, a observar desde dentro de la persona, creo que en esa medida ha hecho más rica mi concepción de la vida y ha nutrido tremendamente mi universo poético.
Eduardo González Viaña refiriéndose a dos de tus poemarios anteriores “"Hecho de Barro" y "Respuesta para tres o cuatro" sostiene que tú eres un poeta metido en la tormenta ¿Qué piensas tú al respecto?
- Siento la necesidad de escribir sobre aspectos que humanizan y deshumanizan al hombre, la violencia psicosocial en la que estamos inmersos, las guerras diarias que el ser humano pelea en su cotidianidad, no sólo desde una visión catastrófica, sino más bien siendo testigo del caos y la enajenación que encontramos a diario en la calle, no es necesario ir a un hospital psiquiátrico para encontrar personas que cargan a cuestas sus fantasmas, escribo sobre esas tristezas, sobre esos miedos con los que convivimos cada uno de nosotros.
No hace muchos años, radicaste en España por cuestiones de estudio. Tengo entendido que la revista “Vulture” sacó una edición con un número completo de tu poesía ¿Cómo se produjo esta publicación? ¿Cuánta diferencia existe en publicar un libro por aquí y por allá?
- Estuve hace algunos años estudiando en la universidad de Alicante, por casualidades de la vida llegó a mis manos una de estas revistas literarias que se editan allá con un tiraje de 25 mil ejemplares, me llamó la atención el hecho de que se distribuyeran gratuitamente en las universidades, bares, centros culturales, incluso en otras ciudades como Valencia, Murcia, Barcelona. Me pareció una oportunidad propicia para llegar al lector español, así que me comuniqué con ellos y tuvieron a bien publicarme.
En España encuentras una editorial en cada esquina, hay lectores para todos los gustos, se lee muchísimo, más que acá, eso no es una revelación, el simple hecho de publicar en “Vulture” me acercó a gente de estos lugares, he recibido cartas de gente que había leído mis poemas en un bar en Alicante o en una universidad en Valencia, eso es tremendo.
¿Cómo surge “El Arte de la Destrucción”? ¿Cuáles fueron los leiv motiv de este poemario? ¿Y qué tanta destrucción hay en ese mundo (in)humano que tú describes en tu poetizar?
- “El Arte de la Destrucción” se escribió en una etapa de mi vida donde sucedieron muchas cosas duras, andaba mal económicamente, no tenía trabajo, entré en un estado de desesperanza total, creo que me volví dipsómano, jajaja, literalmente me autodestruí, el único refugio era la poesía.
El poeta Paolo Astorga en una reseña que hace de tu libro “EADLD” sostiene que tu poemario en mención “nos avienta desde sus primeros versos a un infierno sin idea de retorno”, mientras que el historiador literario y también vate peruano César Toro Montalvo manifiesta que tú eres “un poeta orfebre de la deshumanización del hombre, sartreano y un defensor de la vida” ¿Qué tanto de cierto encuentras en todo esto?
- Soy sartreano y amante de la filosofía de Krishnamurti, shakespeareano desde y hasta Hamlet, nauseabundo como Leopoldo María Panero, no creo en la humanidad, pero abrigo esperanzas como LinYu Tang; creo en Dios, pero no en la iglesia católica, desde ese cúmulo de contradicciones se ha cimentado no solo mi poesía, sino más bien mi vida.
El año pasado fuiste al Festival de Poesía de la Habana donde participaron numerosos poetas del mundo ¿Qué tan agradable resultó esa experiencia y qué otros escritores peruanos estuvieron por ahí, compartiendo su “ars poética”?
- Asistir a un festival poético internacional siempre es una experiencia mágica, en este caso la experiencia en Cuba fue única, el público es diferente, se involucra muchísimo con el poeta, es muy sensible, además el pueblo cubano es muy amical, completamente entregado, hice muchos amigos allá no sólo poetas, sino también estudiantes, músicos, en fin, fue creo la mejor experiencia internacional que he tenido; de los peruanos que asistieron estuvieron Césitar Toro Montalvo, Winston Orrillo. Con ellos compartí algunas mesas de lectura. Fue para mí, aparte de un honor, una experiencia inolvidable.
No quiero equivocarme, pero ¿Cuánto de autobiográfico hay en tu poesía?
- Hace poco conversábamos de ese tema, no soy un autor autobiográfico, algunos de mis poemarios tienen una carga personal, íntima, pero no todo mi trabajo, por ejemplo, mi nuevo poemario “Teatro de la Crueldad” está dedicado a pacientes y amigos, escrito por y para ellos.
¿Qué significa, para ti, ser poeta en el Perú?
- Para mí ser poeta además de serlo en el Perú, creo que involucra muchas cosas, es muy difícil cuando no encuentras un público lector ávido que se interese no por tu trabajo, sino por el trabajo poético en general, vivimos en una sociedad donde la poesía no tiene lugar, los educadores quizá tengan mucha culpa en esto, los políticos sobre todo, siento que no se le da la trascendencia social y humana que tiene el decir poético, su palabra es arma de cambio, sin embargo, cada día se lee menos poesía, se compra menos poesía.
¿Qué escritores han influenciado más en tu creación? ¿Te sientes deudor de alguno(s) en especial?
- Indudablemente que muchos poetas, Cesar Vallejo fue sin temor a equivocarme la principal influencia, sobre todo el Vallejo de “Poemas Humanos”, Manuel Scorza, Eielson, Ojeda, Verástegui son algunos de los poetas a los que admiro mucho y que también influenciaron en mi creación, de los extranjeros los malditos Rimbaud, Baudelaire, la claridad de Eliseo Diego, y el maestro Antonio Machado.
Me siento deudor de muchos poetas que han estado conmigo en los comienzos, Jorge Ita Gómez, Miguel Ángel Guzmán, Antonio Sarmiento, César Toro Montalvo, Winston Orrillo. Agradezco la amistad y el apoyo de los antes mencionados.
¿Cómo ves el rumbo de la actual literatura peruana y qué autores de los nuevos te seducen un poco más de lo normal?
- Yo creo que la poesía actual está viva, los jóvenes están escribiendo y publicando revistas y plaquetas como nunca, conozco grupos que hacen cosas interesantes en universidades, en Lima y provincias, sin embargo, siento que la poesía no tiene un gran público lector. Enrique Verástegui decía hace poco que mientras los políticos no entiendan que el decir poético es importante y necesario para el pueblo la poesía está condenada a volverse sectaria, si es que ya no lo es.
De los jóvenes, sin duda, Paolo Astorga ha demostrado gran madurez en su trabajo como escritor, su temática es actual y su decir revelador cargado de una gran fuerza poética.
¿Qué opinión tienes de la crítica? ¿Te llevas bien? ¿Realmente crees que está cumpliendo con su papel o su deber?
- Realmente no creo que haya un trabajo crítico literario en Perú, ya que nadie se da tiempo para leer en este caso poetas actuales y hacer una crítica a la altura que merece cada trabajo. Este último año he sido testigo de una gran aparición de poetas jóvenes y algunos no tan jóvenes, sin embargo, no encontramos por ningún medio de comunicación nada que se parezca siquiera a un comentario, apenas una nota de tres renglones si tienes suerte anunciando alguna presentación y punto.
En la medida en que los poderosos le quiten páginas y titulares a lo farandulero, al sensacionalismo, a lo intrascendente como gran noticia y que se den cuenta que la poesía es necesaria porque integra, revela y dice, entonces habrá público, lectores, más casas editoriales que apuesten por la poesía y por supuesto más poetas.
Tú llevas varios años en este duro oficio de ser escritor ¿A qué se debe que tus libros no formen parte del exquisito plato de la crítica peruana, sabiendo que tú has sido premiado en la Argentina con el premio “Hermandad Latinoamericana”? ¿Sientes que, de alguna forma, te han relegado, ninguneado u menospreciado?
- Siento que no se dan los espacios a todos por igual, de todos modos sabemos que esto funciona en base a uno de los deportes de la sociedad peruana, el amiguismo, yo te invito y tú me invitas, yo hablo bien de ti y tú haces lo mismo, esa es la filosofía de muchos que están metidos en esto, sin embargo, yo no escribo para los críticos ni para medios.
Una pregunta que se hacen millones de lectores y que tú obligatoriamente tengas que responder en algún encuentro, es la siguiente, a sabiendas que los dos son poetas y familiares a la vez ¿Javier Heraud resulta ser un estigma a quién vencer? ¿Compartes tú esa apreciación?
- De ninguna manera, yo creo que la trascendencia de Javier es inigualable debido a que él vivió un momento irrepetible en la historia de nuestro país. Yo no considero que sea un estigma, siento respeto por su obra. Aunque te aseguro que es un poco incómodo tener que responder a la pregunta si soy sobrino de Javier, la debo de haber respondido en mi vida unas 2 millones de veces.
¿Qué otros proyectos literarios tienes, muy aparte de tus poemarios? Cuéntanos.
- Ahora mismo estoy trabajando con el músico Carlos Alberto Cárdenas la puesta en escena de un trabajo compartido basado en mi poemario “Teatro de la Crueldad”, que incluye video poemas y la musicalización por parte de Carlos Alberto de mis textos de manera especial usando elementos como el beat boxing y la música electrónica, intentamos que esto sea presentado a mi regreso de La Habana.
Hablemos ya un poco sobre tu último poemario “Teatro de la Crueldad” qué está en prensa. Primeramente ¿Por qué este título?, luego, ¿En qué editorial saldrá?
- Es una alegoría sobre la condición humana, basada en que el hombre vive su humanidad en un inmenso teatro que es la vida y que todos los seres humanos somos personajes de esta universal puesta en escena. El título es en honor al maestro Antonin Artaud y saldrá por "AFA editores" que es una editorial peruana que apuesta por la poesía.
¿Por qué y para quién escribes?
- Escribo porque es imprescindible y necesario hacerlo, escribo para mí primero que nada. Lógicamente sé que existe un público lector que puede gustar de tu trabajo, sin embargo, escribo sin pensar en agradar o desagradar al lector.
¿Qué libros estás leyendo últimamente?
- Acabo de leer “El Pez Dorado” de Le Clezio, actualmente estoy leyendo una pieza teatral de Enrique Verástegui titulada “El exorcismo de Bellmer” que apareció en el noveno número de la Revista Hispanoamericana de Literatura de Toro Montalvo.
Raúl ¿Desde qué edad empiezas a escribir, intensamente?
- No recuerdo cuándo empecé a escribir intensamente, pero creo que antes de los 18 años escribía historietas, poemas, cuentos, canciones. Era una época de descubrimiento, de experiencias que comenzaban a marcar mi vida. En esa época viajé a Brasil, viví cerca de un año ahí, la bossa-nova fue mi primera experiencia, mi primera relación carnal con la poesía, Vinicius de Moraes, Drummond de Andrade me influenciaron en la década de los ochenta, claro, antes lo hicieron Vallejo, Scorza, Machado, Salinas y los franceses.
Una característica en tu poesía es el tema de la muerte ¿Por qué escribir desde esa óptica?
- Recuerdo que de niño tuve una experiencia directa con la muerte, eso marcó mi mundo infantil, conocí la fragilidad humana mucho antes que otras personas, eso hizo a mi parecer que a partir de ese momento viera la muerte caminando en la misma acera conmigo, después el tema de la muerte en mi adolescencia comenzó como una especie de reclamo a la vida, por su fugacidad, por su azarocidad, con el transcurrir del tiempo la temática encontró otros frentes en la filosofía, la religión, la historia, la psicología, etc.
El tema de la muerte es algo que, en particular, Occidente no ha podido resolver de forma conciliadora, yo mismo no lo he podido resolver, por eso, trato de dejar huellas, pistas, acertijos como una forma de liberación, de aceptación definitiva, como diría Robles Godoy: "tratar de hacerme amigo de mi propia muerte".
Noto en tu poesía la presencia de una fuerte carga filosófica. Por ejemplo, hay una constante exploración a la vida, también un duro tránsito de estar caminando cada vez más ante la multitud de nuestro dolor ¿Cómo haces para convivir, exageradamente, con tantos fantasmas interiores?
- He sido siempre una persona espiritual, no religiosa, he tratado durante muchos años de mi vida de encontrar respuestas a mis preguntas, sin embargo, siento que con el pasar de los años tengo más dudas que certezas, es algo que me ha costado asimilar, entender, aceptar, hablo de esto en mis textos, no sólo de lo que me pasa a mí como ser humano, sino también lo que entiendo le pasa al común de la gente, yo lo he visto como psicólogo, está ahí, todo ese dolor a veces dormido, pero cuando despierta es muy difícil de manejar.
Hace mucho tiempo atrás estudiaste en la universidad Inca Garcilaso de la Vega ¿Qué recuerdos tienes tú de ella? ¿Qué grupos literarios existían en ese entonces y quiénes promovían la movida cultural en ese momento?
- Yo estudié en la facultad de psicología en la década de los 90, allí existía poca movida cultural, algunos compañeros y yo creamos un taller de poesía donde la pasamos genial, eran conversaciones y lecturas que hacíamos cuando terminábamos las clases, sacamos una pequeña revista, hicimos una que otra presentación en público pero duró poco, fue así que conocí a otros poetas garcilasinos de otras facultades, ellos ya habían egresado, pero se interesaron por nuestro taller. Jorge Ita Gómez fue uno de los poetas que estuvo cerca nuestro apoyándonos y asistiendo cada vez que lo invitábamos.
Tú eres psicólogo, no es así ¿De qué manera la psicología te ha servido para crear tus poemas? ¿Hay alguna correspondencia entre tu profesión y la creación poética?
- La psicología es un arte como la poesía, la palabra es su herramienta principal, el descubrimiento de hombres vinculados a este campo como Pearls, Freud, Rogers, Ellis, Fromm, entre otros, aportaron en gran medida a cimentar mi filosofía humanizadora, a observar desde dentro de la persona, creo que en esa medida ha hecho más rica mi concepción de la vida y ha nutrido tremendamente mi universo poético.
Eduardo González Viaña refiriéndose a dos de tus poemarios anteriores “"Hecho de Barro" y "Respuesta para tres o cuatro" sostiene que tú eres un poeta metido en la tormenta ¿Qué piensas tú al respecto?
- Siento la necesidad de escribir sobre aspectos que humanizan y deshumanizan al hombre, la violencia psicosocial en la que estamos inmersos, las guerras diarias que el ser humano pelea en su cotidianidad, no sólo desde una visión catastrófica, sino más bien siendo testigo del caos y la enajenación que encontramos a diario en la calle, no es necesario ir a un hospital psiquiátrico para encontrar personas que cargan a cuestas sus fantasmas, escribo sobre esas tristezas, sobre esos miedos con los que convivimos cada uno de nosotros.
No hace muchos años, radicaste en España por cuestiones de estudio. Tengo entendido que la revista “Vulture” sacó una edición con un número completo de tu poesía ¿Cómo se produjo esta publicación? ¿Cuánta diferencia existe en publicar un libro por aquí y por allá?
- Estuve hace algunos años estudiando en la universidad de Alicante, por casualidades de la vida llegó a mis manos una de estas revistas literarias que se editan allá con un tiraje de 25 mil ejemplares, me llamó la atención el hecho de que se distribuyeran gratuitamente en las universidades, bares, centros culturales, incluso en otras ciudades como Valencia, Murcia, Barcelona. Me pareció una oportunidad propicia para llegar al lector español, así que me comuniqué con ellos y tuvieron a bien publicarme.
En España encuentras una editorial en cada esquina, hay lectores para todos los gustos, se lee muchísimo, más que acá, eso no es una revelación, el simple hecho de publicar en “Vulture” me acercó a gente de estos lugares, he recibido cartas de gente que había leído mis poemas en un bar en Alicante o en una universidad en Valencia, eso es tremendo.
¿Cómo surge “El Arte de la Destrucción”? ¿Cuáles fueron los leiv motiv de este poemario? ¿Y qué tanta destrucción hay en ese mundo (in)humano que tú describes en tu poetizar?
- “El Arte de la Destrucción” se escribió en una etapa de mi vida donde sucedieron muchas cosas duras, andaba mal económicamente, no tenía trabajo, entré en un estado de desesperanza total, creo que me volví dipsómano, jajaja, literalmente me autodestruí, el único refugio era la poesía.
El poeta Paolo Astorga en una reseña que hace de tu libro “EADLD” sostiene que tu poemario en mención “nos avienta desde sus primeros versos a un infierno sin idea de retorno”, mientras que el historiador literario y también vate peruano César Toro Montalvo manifiesta que tú eres “un poeta orfebre de la deshumanización del hombre, sartreano y un defensor de la vida” ¿Qué tanto de cierto encuentras en todo esto?
- Soy sartreano y amante de la filosofía de Krishnamurti, shakespeareano desde y hasta Hamlet, nauseabundo como Leopoldo María Panero, no creo en la humanidad, pero abrigo esperanzas como LinYu Tang; creo en Dios, pero no en la iglesia católica, desde ese cúmulo de contradicciones se ha cimentado no solo mi poesía, sino más bien mi vida.
El año pasado fuiste al Festival de Poesía de la Habana donde participaron numerosos poetas del mundo ¿Qué tan agradable resultó esa experiencia y qué otros escritores peruanos estuvieron por ahí, compartiendo su “ars poética”?
- Asistir a un festival poético internacional siempre es una experiencia mágica, en este caso la experiencia en Cuba fue única, el público es diferente, se involucra muchísimo con el poeta, es muy sensible, además el pueblo cubano es muy amical, completamente entregado, hice muchos amigos allá no sólo poetas, sino también estudiantes, músicos, en fin, fue creo la mejor experiencia internacional que he tenido; de los peruanos que asistieron estuvieron Césitar Toro Montalvo, Winston Orrillo. Con ellos compartí algunas mesas de lectura. Fue para mí, aparte de un honor, una experiencia inolvidable.
No quiero equivocarme, pero ¿Cuánto de autobiográfico hay en tu poesía?
- Hace poco conversábamos de ese tema, no soy un autor autobiográfico, algunos de mis poemarios tienen una carga personal, íntima, pero no todo mi trabajo, por ejemplo, mi nuevo poemario “Teatro de la Crueldad” está dedicado a pacientes y amigos, escrito por y para ellos.
¿Qué significa, para ti, ser poeta en el Perú?
- Para mí ser poeta además de serlo en el Perú, creo que involucra muchas cosas, es muy difícil cuando no encuentras un público lector ávido que se interese no por tu trabajo, sino por el trabajo poético en general, vivimos en una sociedad donde la poesía no tiene lugar, los educadores quizá tengan mucha culpa en esto, los políticos sobre todo, siento que no se le da la trascendencia social y humana que tiene el decir poético, su palabra es arma de cambio, sin embargo, cada día se lee menos poesía, se compra menos poesía.
¿Qué escritores han influenciado más en tu creación? ¿Te sientes deudor de alguno(s) en especial?
- Indudablemente que muchos poetas, Cesar Vallejo fue sin temor a equivocarme la principal influencia, sobre todo el Vallejo de “Poemas Humanos”, Manuel Scorza, Eielson, Ojeda, Verástegui son algunos de los poetas a los que admiro mucho y que también influenciaron en mi creación, de los extranjeros los malditos Rimbaud, Baudelaire, la claridad de Eliseo Diego, y el maestro Antonio Machado.
Me siento deudor de muchos poetas que han estado conmigo en los comienzos, Jorge Ita Gómez, Miguel Ángel Guzmán, Antonio Sarmiento, César Toro Montalvo, Winston Orrillo. Agradezco la amistad y el apoyo de los antes mencionados.
¿Cómo ves el rumbo de la actual literatura peruana y qué autores de los nuevos te seducen un poco más de lo normal?
- Yo creo que la poesía actual está viva, los jóvenes están escribiendo y publicando revistas y plaquetas como nunca, conozco grupos que hacen cosas interesantes en universidades, en Lima y provincias, sin embargo, siento que la poesía no tiene un gran público lector. Enrique Verástegui decía hace poco que mientras los políticos no entiendan que el decir poético es importante y necesario para el pueblo la poesía está condenada a volverse sectaria, si es que ya no lo es.
De los jóvenes, sin duda, Paolo Astorga ha demostrado gran madurez en su trabajo como escritor, su temática es actual y su decir revelador cargado de una gran fuerza poética.
¿Qué opinión tienes de la crítica? ¿Te llevas bien? ¿Realmente crees que está cumpliendo con su papel o su deber?
- Realmente no creo que haya un trabajo crítico literario en Perú, ya que nadie se da tiempo para leer en este caso poetas actuales y hacer una crítica a la altura que merece cada trabajo. Este último año he sido testigo de una gran aparición de poetas jóvenes y algunos no tan jóvenes, sin embargo, no encontramos por ningún medio de comunicación nada que se parezca siquiera a un comentario, apenas una nota de tres renglones si tienes suerte anunciando alguna presentación y punto.
En la medida en que los poderosos le quiten páginas y titulares a lo farandulero, al sensacionalismo, a lo intrascendente como gran noticia y que se den cuenta que la poesía es necesaria porque integra, revela y dice, entonces habrá público, lectores, más casas editoriales que apuesten por la poesía y por supuesto más poetas.
Tú llevas varios años en este duro oficio de ser escritor ¿A qué se debe que tus libros no formen parte del exquisito plato de la crítica peruana, sabiendo que tú has sido premiado en la Argentina con el premio “Hermandad Latinoamericana”? ¿Sientes que, de alguna forma, te han relegado, ninguneado u menospreciado?
- Siento que no se dan los espacios a todos por igual, de todos modos sabemos que esto funciona en base a uno de los deportes de la sociedad peruana, el amiguismo, yo te invito y tú me invitas, yo hablo bien de ti y tú haces lo mismo, esa es la filosofía de muchos que están metidos en esto, sin embargo, yo no escribo para los críticos ni para medios.
Una pregunta que se hacen millones de lectores y que tú obligatoriamente tengas que responder en algún encuentro, es la siguiente, a sabiendas que los dos son poetas y familiares a la vez ¿Javier Heraud resulta ser un estigma a quién vencer? ¿Compartes tú esa apreciación?
- De ninguna manera, yo creo que la trascendencia de Javier es inigualable debido a que él vivió un momento irrepetible en la historia de nuestro país. Yo no considero que sea un estigma, siento respeto por su obra. Aunque te aseguro que es un poco incómodo tener que responder a la pregunta si soy sobrino de Javier, la debo de haber respondido en mi vida unas 2 millones de veces.
¿Qué otros proyectos literarios tienes, muy aparte de tus poemarios? Cuéntanos.
- Ahora mismo estoy trabajando con el músico Carlos Alberto Cárdenas la puesta en escena de un trabajo compartido basado en mi poemario “Teatro de la Crueldad”, que incluye video poemas y la musicalización por parte de Carlos Alberto de mis textos de manera especial usando elementos como el beat boxing y la música electrónica, intentamos que esto sea presentado a mi regreso de La Habana.
Hablemos ya un poco sobre tu último poemario “Teatro de la Crueldad” qué está en prensa. Primeramente ¿Por qué este título?, luego, ¿En qué editorial saldrá?
- Es una alegoría sobre la condición humana, basada en que el hombre vive su humanidad en un inmenso teatro que es la vida y que todos los seres humanos somos personajes de esta universal puesta en escena. El título es en honor al maestro Antonin Artaud y saldrá por "AFA editores" que es una editorial peruana que apuesta por la poesía.
¿Por qué y para quién escribes?
- Escribo porque es imprescindible y necesario hacerlo, escribo para mí primero que nada. Lógicamente sé que existe un público lector que puede gustar de tu trabajo, sin embargo, escribo sin pensar en agradar o desagradar al lector.
¿Qué libros estás leyendo últimamente?
- Acabo de leer “El Pez Dorado” de Le Clezio, actualmente estoy leyendo una pieza teatral de Enrique Verástegui titulada “El exorcismo de Bellmer” que apareció en el noveno número de la Revista Hispanoamericana de Literatura de Toro Montalvo.
¿Qué comentario te generan los blogs literarios? ¿Cumplen algún cometido?
Los blogs literarios cumplen con la función de difundir básicamente a los nuevos escritores y las movidas culturales que están ocurriendo ahora mismo en cualquier lugar del planeta, son importantes en la medida de la llegada y difusión que cumplan para promover e incentivar la lectura y el interés por la literatura como ente vivo y activo.
Ya para terminar esta entrevista, dos preguntas más y nos vamos.
¿Qué consejos les darías a los chicos que se sumergen al hermoso mundo de la poesía y la escritura?
- Que si lo van a tomar de forma profesional busquen otra actividad de lucro, porque aquí todo es por amor.
¿Qué es lo más preciado que te ha dado la poesía?
- Definitivamente los amigos, los manuscritos, libros, poemas y poetas que he conocido y leído con gozo y admiración, las enseñanzas que me han dejado cada uno de estas cajas de Pandora y por supuesto la posibilidad de poder viajar y disfrutar de lugares y gente maravillosa en el mundo.
Muchas gracias.
Ate – Vitarte, 11 de febrero del 2009
*Esta entrevista se realizo días antes del viaje del poeta Raúl Heraud a Cuba para presentar su poemario “Teatro de la Crueldad” en la FIL.
Fuente:
http://nidodepalabras.blogspot.com/
1 comentario:
Interesting blog, we call on the photoblog, http://photosphera01.spaces.live.com
Greetings from Italy, good luck
Marlow
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